martes, 22 de noviembre de 2011

Soapap, ineficiencia pura

Es de muy Buena Fuente
Por: Carlos Macías Palma
cmaciaspalma@yahoo.com.mx

La mera verdad es que el director de Soapap a quien no tengo el gusto de conocer, es un ineficiente. Su lugar debe ser ocupado por una persona que tenga el más importante de los sentidos y del cual carece: el sentido común. Muchos meses lleva ya al frente del organismo y el señor Urquiza (disculpe no recuerdo su nombre y me da flojera estar buscándolo) no ha podido darse cuenta de que uno de los elementos más importantes para el organismo es el usuario.
Ya sé que va a poner un montón de pretextos, echándole la culpa de todos sus males a la anterior administración. Sin embargo, para eso lo designaron. O lo que es lo mismo que para resolver está. O lo que es igual a que para eso le pagan. O lo que significa que ni idea tiene de dónde está parado.
Contaré mi triste historia:
Un día, personal de Soapap se apersonó en la casa y al tocar el timbre fue atendido por personal de servicio que es como de la familia. Es más, es de la familia. Por supuesto que de momento llegan los de Soapap y dicen que van a instalar un nuevo medidor (de agua, obvio). Por supuesto que los directivos de Soapap a nadie pidieron permiso para ordenar tales acciones. Desde luego que se trató de una más de las arbitrariedades y corruptelas del anterior gobierno que encabezó Mario Marín Torres.
Pasadas las semanas y ante la carencia del vital líquido me fui enterando que se había instalado un medidor nuevo, de paquete, cuyo servicio funciona a través de una tarjeta lectora, digital y toda la cosa. Apliqué el procedimiento y acudí a la oficina de plaza América a realizar el pago. "Aquí no es, porque no tenemos la máquina", me dijo una empleada. Y pues bueno, a buscar por toda la ciudad para encontrar qué maldita oficina tenía la maldita máquina para que pudiera pagar y recuperar el servicio de dotación de agua.
Pasaron los meses y un día el mentado medidor se descompuso. Y el mismo peregrinar. De aquí para allá y allá para acá, hasta que en una oficina de plaza América encontré a un ingeniero de IUSA (la empresa cómplice, perdón la del contrato de los nuevos medidores) y prometió mandar a la cuadrilla de técnicos que solucionaran el problema. Se tardaron más de 24 horas, pese a que la promesa de atención fue de tan sólo 45 minutos. En fin.
El ingeniero en cuestión fue muy amable y muy atento, a tal grado que con una sonrisa me hizo una pregunta estúpida (perdón por la expresión, pero no existe otra... peor) ¿Ya pagó? ¡Claro ingeniero!, sonriente (hipócritamente) le contesté. El medidor finalmente funciona un día sí y 10 no.
Para no hacer el cuento largo, el 19 de noviembre me llegó una notificación para que regularice mi cuenta y pague mi adeudo superior a los 2 mil pesos. Además un contrato que debo llevar firmado para entregarlo en las honorables oficinas de Soapap, que encabeza un inepto. Pues para atender este requerimiento, llamé por teléfono al centro de atención a clientes donde me atendió una mujer joven, extremadamente amable (se nota que es nueva, porque de lo contrario contestaría como trabajadora social del IMSS). La niña me dijo: tiene que venir.
Ok, pensé. Iré a perder mi tiempo a Soapap para enfrentarme a un personal ciertamente amable, pero harto ineficiente. Al llegar: aquí no es, vaya al segundo piso. Aquí no es vaya al fondo en puerta de madera y así finalmente llegué.
¡No manches! dije: parece sala de urgencias de ortopedia del IMSS una tarde de sábado de quincena. Es más fácil entrar al Cuauhtemoc a ver un Puebla-Pumas. Es más fácil hablar con el gobernador o con su cuñado, pensé.
Más de 60 personas ayer al medio día para resolver problemas en los que el Soapap metió a sus usuarios. Entonces, ahora resulta que:
A.- Ponen el medidor de manera arbitraria.
B.- Cobran y no se dan cuenta.
C.- Mandan citatorios a los usuarios.
D.- Complican la vida de las personas.
E.- Y después de sus p....., todavía tenemos que ir a sus oficinas, a perder más de 3 horas, a entregar documentos, a llenar contratos y ver si es que pueden resolver los problemas que su ineficiencia creó. No tienen... Es cuanto.
En buena onda ¿por qué no mejor renuncia señor director de Soapap? No es algo personal, es un tema de servicios. Plis.

El Verdugo
Cuando lo conquistó pensó que sería la heredera de la fortuna y la gloria. Ahora, hasta la tiene trabajando y no siquiera en el gobierno. El Verdugo dice: bien lo decía su mamá. Hija, no te metas con ese señor. Miralo a los ojos, no es una persona de confianza. Y cuanta razón tenía la señora. Finalmente madre. Ahora su hija Jesica sufre hasta para pagar la colegiatura de su nieta. 
Gracias

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