jueves, 20 de diciembre de 2012

Sobornos de 300 mil pesotes


Por: Carlos Macías Palma



En la operación electoral todo se vale. El año que está por terminar nos deja lecciones de la manera en cómo todo es posible, hasta revertir el resultado de una elección en tan sólo unas horas y con el consabido arreglo económico de por medio. O sea, con una lana por delante.
Algunas personas siguen preguntando cómo es posible que en Puebla el ganador de la elección presidencial fue Andrés Manuel López Obrador y, en contraparte, la coalición del PRD, PT y MC no ganó ninguna de las 15 diputaciones en disputa ¿Cómo fue eso posible? ¿qué pasó? ¿cómo es que uno gana y los demás pierden?
Pues la resulta a estas interrogantes es sencilla: hubo operación política. Ajá y cómo es eso, cómo fue. La verdad es que no deja de sorprender la manera en la que actuaron los operadores políticos, quienes llegaron cargados de dinero para cumplir la encomienda.
La única manera que explica esta operación electoral es la siguiente:
Ya entrada la madrugada, los operadores electorales del partido de los azules llegaron a los consejos electorales y pidieron hablar con los representantes del partido de los amarillo. La conversación versó más o menos así: “Mira, tu candidato “el peje” ya perdió. Ya no puedes hacer nada. Acepta este regalo que te manda el señor y no la hagas de tos”.
Y así se explica cómo es que el número de votos nulos creció de manera impresionante e inexplicable, afectando a los candidatos a diputados federales de la coalición de las izquierdas. De otra forma no ex explica lo inexplicable.
Y es que dicen por ahí y por allá que los cañonazos fueron de hasta 300 mil pesotes, constantes y sonantes. Entonces, habrá que imaginar la escena en la madrugada para los representantes de las izquierdas: estar sumidos en la depresión por la derrota de su candidato presidencial; quedarse sin empleo y sin futuro inmediato y de momento te llegan con ¡300 mil pesotes!... Ahí está la respuesta a la pregunta de cómo es una operación electoral.
Saludos cordiales,
El Verdugo
Para ganar las elecciones además de buenos candidatos y de estructura partidista, se necesita dinero, mucho dinero y habilidad para invertirlo en la democracia. El Verdugo dice: quién dice que la democracia no tiene precio. Ja ja ja.

Gracias

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