martes, 25 de septiembre de 2012

Apuntes de media semana

Quienes afirman que en el SNTE no hay control de las elecciones de las
secciones sindicales, simplemente están equivocados. En el Sindicato
Nacional de Trabajadores de la Educación sólo existe una voz de mando
y nadie, absolutamente nadie, tiene la capacidad de violentar las
indicaciones de la propietaria de la organización, la maestra Elba
Esther Gordillo Morales.

En el SNTE existe la competencia entre los diferentes grupos que se
disputan las secretarías generales de las más de 50 secciones. Quienes
aspiran a la dirigencia compiten entre sí, para ir demostrando la
capacidad que tienen para convencer a sus compañeros. Es una contienda
para saber quienes tienen don de mando, capacidad conciliatoria y
liderazgo entre sus compañeros.

La lucha por las secciones es real, pero antes, para poder participar,
se requiere de la aprobación de la dirigente nacional. Sin su aval,
nadie puede inscribirse para encabezar una planilla. Es por ello que la
maestra deja que entre sus compañeros se disputen los cargos, pero
siempre llevan la bendición.

Nadie en el SNTE puede llegar e inscribir su planilla lidereando a grupo
nada más porque sí; porque se le ocurrió; porque tiene intenciones de
representar a sus compañeros. Claro que pueden hacerlo una vez que
recibieron el visto bueno del comité y por lo tanto de la maestra. Y
aquel que quiera jugarle al héroe está verdaderamente loco, pues no
podrá pasar de sus buenas intenciones.

Y para calmar a los alebrestados no existe otra manera que el cobro de
facturas. Es decir, todos quienes tienen vida sindical han recibido
algún beneficio extraordinario; alguna prebenda por encima del resto de
sus compañeros; algún favorcito por ahí que quedaron a deber; algún
pariente que requiere algo especia; una jubilación pendiente; un
ascenso. En fin, en esa telaraña de favores y favoritismo, nadie puede
decir que no se ha visto beneficiado.

Por lo tanto, quienes han quedado al frente de las secciones 23 y 51,
tienen el visto bueno, la aprobación, la bendición pues, de la
maestra. Sin ello, no pueden llegar ni a la esquina en la vida del
sindicato, organización en la que carecen de influencia alcaldes,
gobernadores, diputados, senadores y presidente de la república, por
mencionar algunos.

El SNTE es de Elba Esther y de sus maestros. Ello hacen lo que la vida
sindical les permite; ellos la sufren y ellos la disfrutan.

El Verdugo

Si Mario Marín no se hubiera equivocado por su soberbia y arrogancia en
la designación del candidato a gobernador por el PRI, tal vez estuviera
despachando ya en el Senado de la República. El Verdugo dice: ganar el
Estado le hubiera dado boleto de entrada a la Cámara Alta, aunque su
desprestigio hubiera arrastrado a su candidato a presidente, quien en
Puebla, de todas maneras perdió..

Gracias

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