¿Hace 10 meses quién hubiera imaginado que Humberto Moreira saldría del PRI por la puerta de atrás? El ahora exgobernador de Coahuila pasó de ser héroe a villano. Pasó de ser un político con un gran futuro a ser un hombre señalado por la sociedad (sin tanta gravedad como un tal Mario Marín). Pasó de ser la gran expectativa del priismo a la gran vergüenza tricolor. Dejó de ser el más buscando, para ser el más rechazado.
Y es que Moreira es responsable de sus propias acciones. El haber permitido o haber hecho caso omiso de la falsificación de documentos para conseguir el endeudamiento del estado que gobernaba, es más grave que el endeudamiento como tal ¿a quién carambas, en Chiapas, le importa que Coahuila tenga una deuda pública de 30 mil o más millones de pesos? ¡¡¡Por favor!!!
Pero el tema es hoy es Pedro Joaquín Codwell. Se convirtió ayer en presidente nacional del PRI. Mucho se dice que la llegada de Codwell es una posición del senador Manlio Fabio Beltrones. Y muchas cosas se dirán porque los analistas y los políticos pudieran tener una visión inmediata o sea, muy corta. Todo es posible, pero algo que es importante es que no tiene cola que le pisen.
Pedro Joaquín no ha manejado presupuesto desde hace varios años. No ha firmado sobre recursos públicos. No ha sido ejecutivo. No tiene nada de que lo persigan y eso, para las elecciones del 2012, es más importante que ser buen candidato.
Las derrotas se suman
La llegada de Pedro Joaquín Codwell al la dirigencia nacional del PRI, necesariamente cambia el escenario político para Puebla. Y no necesariamente porque vaya a haber cambios en la presidencia del PRI estatal. !No hombre! Juan Carlos Lastiri tiene aun mucho tiempo al frente del tricolor.
El cambio en el PRI le pega más al inquilino de Casa Puebla. Pedro Joaquín es de otra generación y no está supeditado, no está bajo las órdenes de Elba Esther Gordillo como lo estaba Moreira.
Invariablemente, de las victorias siguen las derrotas. Lo dice la historia. Y falta el 2012.
El Verdugo
En los centros nocturnos (conocidos popularmente como table dance) se presenta un divertido show de mujeres que se hacen pasar por homosexuales. El tema es que una de ella se presenta con el sobrenombre en inglés de Mary Monroe. El Verdugo dice: ya al término del show divertidamente la chica dice: no soy Mary Monroe... soy Mario Marín. Ja ja ja.
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