jueves, 9 de mayo de 2013

El niño capricho del cerro

Por: Carlos Macías Palma

cmaciaspalma@yahoo.com.mx

 Si, en efecto, lo que políticamente necesitamos en Puebla es equilibrio. Es urgente una nivelación de fuerzas; es necesario que otros actores participen en la toma de decisiones; es indispensable que los poblanos queden incluidos en la distribución de la riqueza. Por ello, equilibrar es un tema prioritario y la única oportunidad que tenemos de lograrlo, es durante el proceso electoral.

Los empresarios, incluidos aquellos que dirigen los organismos del sector deben estar consientes de que para poder acceder a la participación abierta en obras y acciones del gobierno del Estado, debe haber equilibrios. De nada va a servirles Franco Rodríguez o Pablo Rodríguez como diputados locales, si no hay equilibrios y le quitamos el poder absoluto al caprichoso niño del cerro de Loreto.

Los empleados del gobierno están lastimados por la designación de personal en los mandos directivos. Y es que ellos vienen de otros Estados y les han quitado la oportunidad de trabajar. Más de 5 mil despedidos por haber cometido el delito de trabajar durante la pasada administración. Sin más, el niño caprichoso los dejó sin empleo, sin nada, sin oportunidades. A su estilo, pues.

Los periodistas ¿qué les digo?

A la clase política tampoco le ha ido muy bien que digamos. Ni panistas ni priistas ni perredistas son respetados. El niño caprichoso los ha pisoteado, humillado y utilizado y ni la más mínima oportunidad les ha dado. Los panistas de altos vuelos (Ana Tere, Fraile, Rivera, Aguilar, Sánchez Díaz de Rivera y decenas más) deben hacer un acto de reflexión y deducir que no podemos darle más poder.

Hoy lo es todo: presidente del PAN, del PRD, del PT, de Movimiento Ciudadano, de Nueva Alianza, del Instituto Electoral, del Tribunal de Justicia, del Tribunal Electoral, director de medios de comunicación, jefe de campañas, director de televisión, editor, candidato a alcalde, a diputado; es Senador, líder del magisterio, legislador federal, líder del Congreso local, director de Audi, maestros de obra y chofer de carro alegórico… Claro, ya no es niño consentido de Los Pinos, ni ordena a los delegados federales y dejó de controlar al PRI.

Cada voto a la coalición del niño caprichoso, es un tiro en la sien.



El Verdugo

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