martes, 25 de octubre de 2011

Es de muy Buena Fuente Por: Carlos Macías Palma/ cmaciaspalma@yahoo.com.mx


Oscar y Marín, los saqueadores
Uno de esos días en los que el licenciado Marín necesitaba sumar y sumar adeptos para sus aspiraciones de gobernador, llegó el profesor Ceballos y le presentó a su compadre. Se trataba de un gordito, de barba de candado, que presumió tener empresas y dinero. No sólo eso ofreció su capital, sus relaciones empresariales, su patrimonio y sus inmuebles a cambio de convertirse en el empresario consentido del candidato, que a la postre fue gobernador. Oscar García le apostó y ganó. Gracias al triunfo electoral de Marín, dejó de ser un maquilador de media tabla, para convertirse en uno de los potentados más importantes de Puebla y la región.
La política premió a este defraudador y lo convirtió en tres cosas:
A.- Uno de los hombres más ricos de Puebla.
B.- Compadre del licenciado Marín y,
C.- Compañero de parrandas, orgías y seducción de jóvenes prostitutas.
El lector podría pensar que a quién le importa la vida personal de Marín y su compadre Oscar y tiene razón. Sin embargo, lo que estos tipos hicieron gracias al poder público, es, sin duda, de interés general. Más aun, porque toda la fortuna de ambos, se forjó en las arcas públicas. Además de la afición que ambos tienen por las mujeres de entre 17 y 24 años de edad, comparten la dicha de que sus familias (esposas e hijos) convivan con frecuencia en sendas fiestas de fin de semana.
El tema es de interés público. Esta es la historia:
La noche del 13 de noviembre del 2004, a unas horas de que iniciara la elección para gobernador, un grupo de panistas se apostó frente a una bodega en la ciudad para denunciar y descubrir el acopio de despensas que el equipo del candidato Marín, debía distribuir a la siguiente mañana, durante el proceso electoral. Panistas y periodistas se dieron cita en ese lugar para descubrir lo que llamaban "la mapachera". Vaya sorpresa se llevaron cuando un gordito, medio simpático, con barbita de candado salió a hacerles frente e impedir que entraran a su propiedad. Hay que reconocer que el compadrito Oscar G. tuvo valor para evitar el ingreso de las huestes del entonces candidato azul Francisco Fraile García (Paco, no me dejará mentir).
El caso fue suficiente para que el licenciado Marín le entregara su cariño absoluto, sin condiciones y por los siglos de los siglos. Un amor inmenso y un agradecimiento extraordinario para su compadrito Oscar. "Me salvó la elección", se atrevió a decir alguna ocasión el ex gobernador. Y así, compatieron las utilidades de la obra pública y otros servicios.
Oscar, por órdenes de Marín se encargó de la construcción de los inservibles hospitales de la Secretaría de Salud. Las órdenes eran claras: todo para mi compadre. De Oscar fue la constructora que hizo el bulevar Cholula-Huejotzingo. De Oscar es la empresa durante el marinismo surtió toda, absolutamente toda, la butaquería para el Comité de Construcción de Espacios Educativos (dicho sea de paso, hoy anda peor).
Por ejemplo, estos negocios de la dupla Mario-Oscar tiene dos anécdotas.
Una ocasión Javier García le llamó a Oscar y le dijo: "mira Oscar, yo no quiero tener problemas contigo. Hagamos las cosas bien y se acabó". Y es que Javier, entonces titular de Obras Públicas quería imponer condiciones y comisiones en la obra del bulevar Cholula-Huejotzingo. Sin embargo, Oscar tenía lídea directa con su socio el ex gobernador. No tenía por qué rendir cuentas a otros. Se imagina el lector la fuerza de Oscar, tanto para que el arrogante y soberbio de Javier García le ofreciera disculpas y se alineara a lo que le ordenaba. Difícil de creer.
Otra anécdota, es aquella que involucra al ex director de comité de Construcción de Espacios Educativos. Rafael Chávez C. recibió una llamada de su jefe Marín: "Rafael, te dije que todas las compras son para mi compadre Oscar. Si quieres seguir en el cargo cumple" y le colgó el teléfono sin esperar a escuchar el "sí señor". Y es que Rafael se atrevió a darle un contratito de unas butacas (paletas escolares) a otra empresa que no era Maquinados Diana. (Que me desmienta Chávez Carretero).
La verdad es que el tema es muy largo y tengo más anécdotas. Como aquella, en que Oscar presume de tener la fotos de las orgías que compatía con Marín y las jóvenes prostitutas que contrataban. Claro, todas niñas de entre 17 y 24 años de edad. De acuerdo la versión del compadrito hablador, aun guarda las evidencias de las depravaciones de ambos en su departamento secreto de la zona de angelópolis. Bueno, eso dice.
Paréntesis: ¿Se imagina el lector todo lo que Oscar puede decir de Marín a cambio de su libertad; de salir de la cárcel y que raf@gobernador pueda perdonarle sus delitos?
Como podemos leer, lo privado pasa a ser público cuando intervienen dos pillos que se aprovecharon del poder en el gobierno para saquear al estado y gastarlo en sus pachangas.
 
El Verdugo
Maquinados Diana ganaba licitaciones públicas para surtir de butacas al Capcee nacional. Cuando se acercaba la fecha de entrega, casualmente la fábrica se incendiaba. Eso pasó, casualmente, en tres ocasiones. Y Marín siempre lo protegió. El Verdugo dice: no pierdas el tiempo en maldecirme. Mejor busca a dónde "pelarte" porque el nuevo grupo en el poder ya anda tras de tí y ya ves como se las gastan (pregúntale a los panistas). Y lo peor Oscarito, no estás en el paquete de protección de tu amado compadrito Marín.
 
Gracias

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