Y la verdad es que urge que Pablito se vaya

Por: Carlos Macías Palma
cmaciaspalma@yahoo.com.mx
@cmaciaspalma

Con toda razón pero con hasta con un dejo de inocencia, los priistas de base, los de a pie, los de los ideales, los del honor piden, exigen, anhelan la renuncia inmediata de Pablo Fernández del Campo como presidente-delegado del PRI estatal. Y la verdad es que urge que Pablito se vaya, aunque no dejarán que se vaya.
Es más, me atrevo a decir que el dirigente tricolor junto con todo su equipo, se darán el lujo de ¡cobrar el aguinaldo! O sea que Pablito se queda hasta final del año. Sí, aunque usted no lo crea, sobre todo después del histórico ridículo que protagonizó en las elecciones del pasado 7 de julio.
Aunque Pablo Fernández debería irse de inmediato, la dirigencia nacional no dejará que se vaya así como así. Y es que no puede dejarse un antecedente de esta naturaleza. Es decir, que no por perder una elección, la dirigencia responsable o irresponsable deba salir un día después.
Finalmente, se trata de un partido político que es una institución que debe dar ejemplo de legalidad y estabilidad, aunque sus militantes estén que se los carga… el payaso. Además, todo en la política tiene sus tiempos y antes de nombrar a un nuevo dirigente, se debe elegir a alguien que sea la persona adecuada, idónea para enfrentar las elecciones federales del 2015.
Esa persona es José, Pepe, Chedraui Budib, pero ese tema ya fue abordado. En fin.
El caso es que con todas las críticas, reclamos y mentadas Pablo, Pablito, se mantendrá en el PRI por varios meses y después dejará el cargo, como iba a hacerlo en enero cuando se convierta en diputado local y por 4 años y 8 meses, tiempo en el que disfrutará su beca política, su premio.
Ah y otro que está en igualdad de condiciones es el presidente del Partido Verde, el gran Juan Carlos Natale.
Estos son los dos nuevos héroes de la película pa-pá.

El Verdugo

En la política hay personajes con suerte a pesar del fracaso. Pablo, Pablito, es uno de ellos. El Verdugo dice: hay que ser inepto para tener suerte.
Gracias