lunes, 20 de enero de 2014

Carolina Zabalegui, corrupción y complicidad

Por: Carlos Macías Palma
cmaciaspalma@yahoo.com.mx
@cmaciaspalma


Cuando una autoridad como Eduardo Rivera Pérez se convierte en defensor y protector de funcionarios deshonestos, pasa a ser parte del mundo de corrupción que invade y caracteriza a la administración pública. Y seguramente es por omisión o desconocimiento, porque la opinión sobre el alcalde de Puebla se puede resumir en tres palabras: un hombre honesto.
Pese a ello, en un mundo de corrupción donde el que más puede roba lo que más puede, el gobierno municipal de Rivera Pérez sufre de las atrocidades cometidas por su personal y en particular, de aquel asignado a la dirección de Tránsito donde su titular Carolina Zabalegui incurre en irregularidades y de protección de sus subalternos.
Tal es el caso del Oficial de Tránsito J. Roberto Cesáreo H. Placa 117, quien la noche del 30 de diciembre del 2013 se apostó junto con su compañero de patrulla, pasando las 21:30 horas, en la calle Zapapoaxtla casi esquina con la prolongación de la 3 sur para “infraccionar” a todos los automovilistas que circulaban por ahí con el argumento de que lo hacían en sentido contrario.
Cierto, las flechas indicativas prohíben la circulación en sentido de oriente a poniente. Sin embargo, sorprende la habilidad del patrullero 117 para conocer exactamente las calles de una colonia perdida en la inmensidad de la ciudad, donde toda la vida la circulación ha sido en doble sentido.
Pero el asunto va más allá. Durante varios minutos de esa noche, el Oficial placa 117 y su compañero patrullero, debió registrar las infracciones, en la zona antes mencionadas, de un total de 3 automovilístas con folios: 1411300000187403, 1411300000187404 y 1411300000187405, siempre y cuando haya respetado el Reglamento de Vialidad vigente.
Entonces ¿por qué Carolina Zabalegui se niega a proporcionar la información solicitada en relación a las actas de infracción aplicadas en esa fecha y hora? Y más aun, esconde el expediente del Oificial J. Roberto Cesáreo H placa 117, quien debe ser sujeto a una investigación para saber si es que la incidencia de infracciones levantadas coincide con la zona en la que trabajaba agazapado.
Pues la respuesta es fácil: es cómplice de presuntos actos de corrupción, pese a que en algún momento fue reconocida como la mejor policía del país o algo así. Seguramente fue reconocida por un grupo de mariguanos, porque la realidad y las evidencias demuestran lo contrario.
Un Oficial respetable proporciona información y ayuda a los ciudadanos, más no se esconde en la penumbra, en una zona poco transitada y con absoluta alevosía se para a media calle para detener a todo el que pase en espera de obtener beneficios personales. Y hasta hoy, Carolina, su jefa, es su cómplice. Y Eduardo Rivera, por su parte, tiene que cargar con el desprestigio de su gente.

El Verdugo

De las frases utilizadas por el gobernador Rafael Moreno Valle durante su campaña publicitaria en ocasión del III Informe, la que más tuvo efectividad fue aquella que dice: “vamos por más”. El Verdugo dice: sí, es aquella que Enrique Agüera como rector de la BUAP utilizó para su segundo periodo de rectorado por 4 laaaargos años.
Gracias.

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